Los profesionales de la información en España, tres años después

untitledDurante el curso 2010-11 realizamos por encargo de FESABID un Estudio sobre los profesionales de la información en España (Merlo, Gómez y Hernández, 2011), que combinó tres procesos: un análisis estadístico de las fuentes disponibles sobre el sector para hacer su caracterización sociodemográfica; una encuesta de opinión a los profesionales sobre 50 aspectos de su presente y su futuro, que contestaron más de 1.500 compañeros; y las reflexiones de expertos a través de un cuestionario en profundidad, calibradas con el método Delphi. Casi tres años después de aquel trabajo, merece la pena recordar o ver en perspectiva algunos de sus comentarios, problemas, oportunidades o recomendaciones.

1. Algunos datos sobre el empleo en bibliotecas

Con las grandes cifras de los profesionales, se podría valorar la evolución cuantitativa como moderadamente negativa. Ciñéndonos sólo al ámbito de bibliotecas, del que hay nuevos datos, la reciente Estadística de Bibliotecas del INE (2014), registra 20.926 empleados en equivalencia a tiempo completo en las bibliotecas españolas, a fines de 2012. Son 605 empleados más que en 2008 (+3,0%), pero 549 menos que en 2010 (-2,6%). El descenso de 2012 con respecto a 2010 se debe fundamentalmente a la disminución de personal en las bibliotecas públicas (casi 600 bibliotecarios menos en 2012 que en 2010, un -5,6%) y a las bibliotecas universitarias -154 empleados menos, un descenso de 2,6%. En la Biblioteca Nacional de España, el descenso del número de empleados ya fue importante en 2010 con respecto a 2008 y registra en 2012 el número más bajo de los últimos diez años.

Dado que el número de puntos de servicio ha estado creciendo hasta 2010 (8.963 puntos de servicio) y se ha mantenido en 2012 (8.900), en este último año hay una media de 2,35 de empleados por punto de servicio en las bibliotecas de España, lo que es el valor más bajo de los últimos diez años (llegó a ser en 2008 de 2,94 empleados a tiempo completo por punto de servicio).

Complementariamente, se registra un aumento del número de empleados a tiempo parcial, ya que la tasa de equivalencia (total de empleados dividido por los empleados ETC) ha sido en 2012 de 0,82, mientras que en 2010 era de 0,84 y en 2006 llegó a 0,86. La tendencia al alza en los contratos a tiempo parcial se registra en todos los tipos de bibliotecas.

Sin embargo, los gastos en personal de las bibliotecas no registran esta tendencia a la baja, sino al alza: en 2012 el coste del personal en plantilla ascendió a 662,04 millones de euros (16,09 millones más que en 2010). En correspondencia, el coste medio por empleado sigue la tendencia al alza de los últimos diez años, llegando a alcanzar en 2012 los 31.637 euros por persona ETC al año (incluyendo salarios y costes laborales).

Debe de estar habiendo un incremento de la subcontratación a través de empresas. Se las contrata para que aporten al personal que lleve bibliotecas, algunos de los puntos de servicio en el caso de redes, o tareas específicas. Un dato que se puede apoyar en el Anuario de Estadísticas Culturales 2013, según el cual había 4.257 “empresas” (probablemente muchos interinos reconvertidos a autónomos) al servicio de archivos y bibliotecas, frente a las 3.306 registradas en el Anuario de 2008.

2. La visión de los propios profesionales sobre su presente y futuro

Las opiniones relativas a la situación profesional que obtuvieron mayor consenso entre nuestros colegas cuando se hizo la encuesta del Estudio, fueron las relacionadas con la tecnología y la innovación, que eran percibidas como un factor de nuevas demandas hacia su trabajo, su perfil profesional y sus necesidades formativas. También destacaban opiniones negativas sobre la validez de la formación universitaria o la representatividad de colegios profesionales y asociaciones. Y a pesar del escaso reconocimiento social percibido o el estancamiento de las plantillas, los profesionales se mostraban muy vocacionales e identificados con su actividad, sin deseos de cambio de sector. Entre las opiniones sobre el futuro, destacaba el consenso acerca de la convivencia de espacios, colecciones y servicios presenciales y online; sobre la conveniencia de incrementar la presencia en los dispositivos móviles; y la importancia de ejercer como formadores en el uso de la información así como de potenciar los elementos participativos en los Servicios. El colectivo consideraba su identidad profesional estable, sin mostrar mucha convicción en la posible convergencia entre archiveros, bibliotecarios y documentalistas. Y ya consideraba la crisis como un gran peligro para la evolución de los servicios de información.

Vistas en la perspectiva, estas valoraciones se podrían considerar igualmente vigentes tres años después. Por ejemplo, podría esperarse el mismo concepto sobre la formación universitaria, afectada del descenso de estudiantes, de la inexistencia de oferta de empleo público y de la aparición de nuevos perfiles profesionales que no se corresponden con los programas de los Grados (estudiados en las recientes publicaciones de García Marco, 2013 y Ortíz-Repiso, 2013).

También se ha constatado la influencia negativa de la crisis económica, que a pesar de los esfuerzos de muchos colegas, está impidiendo en gran parte la renovación tecnológica y de las colecciones, así como la adaptación de servicios a las nuevas necesidades de los usuarios. Además, como consecuencia de los recortes en plantilla se está produciendo una reducción de horarios de atención al público, que se refleja en los datos del INE: aumenta el número de bibliotecas con menos de 10 horas semanales de atención (son en 2012 un 17,6% más que en 2010) y se reduce ligeramente el número de bibliotecas con horarios superiores a las 40 horas semanales. La peor parte de la crisis se está sufriendo en el sector de más impacto social, la biblioteca pública, donde se pierden 332 puntos de servicio en 2012 respecto de los que había en 2010.

Creemos también que hay algunos otros elementos que pueden ser desfavorables para el desarrollo de la profesión: la falta de convocatoria de nuevas plazas para reponer las jubilaciones implica el riesgo de una falta de conexión intergeneracional, de que no haya una entrada progresiva en la cultura de nuestras organizaciones de nuevos profesionales, o que no se incorporen los jóvenes mejor formados y dispuestos, que se desviarán a otros sectores laborales o a otros ámbitos. En las bibliotecas universitarias, en las que el gran aumento de personal tuvo lugar en los años ochenta y noventa, podemos encontrarnos en unos años con plantillas de edad media bastante avanzada.

Igualmente parece negativo el que se empiece a ver formas inusuales o anómalas de incorporar personal a las bibliotecas, como la imposición de trabajar en bibliotecas públicas a personas desempleadas para mantener la prestación, o la contratación de parados de larga duración sin formación bibliotecaria. Si bien cuantitativamente no son muy significativos, son formas de desprofesionalización de la labor bibliotecaria (Plafatorma, 2013 y 2014) (1).

Otra confirmación de las opiniones profesionales del Estudio sería la importancia de la convivencia de los servicios electrónicos y los presenciales: la función social de los espacios físicos se comprueba en el incremento del número de usuarios y de los puntos de servicio que aparece en la Estadística del INE sobre 2012, a pesar de la crisis. La demanda social de “estar” en las bibliotecas crece. Y no solo para estudiar: para conectarse, para seguir cursos, para formar parte de clubes de lectura, para acceder a contenidos culturales gratuitos en cualquier formato…

Y finalmente creemos que se ha reafirmado también la relevancia de la función educativa de los profesionales de la información. Lo que se podría observar en todo caso es que, aunque los servicios educativos se ven fundamentales para el futuro de los profesionales en el Estudio FESABID, los cambios organizativos y de prioridades que implican no se están llevando a cabo con la energía necesaria, salvo en las bibliotecas universitarias. Y ello es muy necesario cuando los indicadores educativos españoles son insatisfactorios y mejorarlos sería crucial para la capacitación ciudadana y la aptitud para el aprendizaje permanente que necesitamos. Y ello haría especialmente útiles las bibliotecas públicas.

3. Las opiniones de los profesionales más experimentados

Las opiniones de los expertos obtenidas con el análisis DELPHI no eran especialmente discordantes, si bien tenían un tono más autocrítico para con el conjunto de la profesión. Convenían en que los profesionales están evolucionando muy rápidamente, sobre todo en relación con las tecnologías, pero no tan rápido como sería preciso para una mayor relevancia social, a pesar de un cierto “tecnoestress”, el deseo de estar continuamente al día y la importancia concedida a las transformaciones comunicativo-informacionales derivadas de las tecnologías.

Profesionales y expertos coincidían también en las carencias de la formación universitaria y en el bajo nivel de eficiencia de las asociaciones profesionales que nos integran. La formación en una profesión tan en cambio y con tantas subespecialidades se veía problemática para responder a las necesidades laborales.

En cuanto a los problemas vistos por los expertos en 2011, recordaríamos algunos: La desintermediación o el espejismo tecnológico eran señalados como fuertes amenazas para nuestra actividad profesional y su imagen social, ya de por sí poco visible. Y junto a esto, algunos rasgos propios, caracterizados como negativos: la baja autoestima, la tendencia a la endogamia, y la dificultad para la cooperación, para la apertura a otras profesiones y para tener máxima flexibilidad. Por eso destacaban en sus recomendaciones la gran importancia de esforzarse por potenciar la adaptabilidad a los cambios, la hibridación de los perfiles, la transversalidad, la incorporación a nuevos roles como los “content curators”, los “community managers”, los especialistas en gestión de datos, en posicionamiento; la intensificación y mejora de nuestra formación inicial y permanente; la potenciación del conocimiento de los usuarios, de sus necesidades y su percepción, y sobre todo lograr dar calidad y evidencias de nuestra utilidad y nuestros resultados.

Como oportunidades señaladas por los expertos estaban: Las necesidades y exigencias informativas de individuos, empresas y administraciones en el contexto digital; las posibilidades del trabajo colaborativo, en red y de cooperación transdisciplinar; las posibilidades de rediseño de servicios y de aplicación de soluciones tecnológicas; las posibilidades de personalización y adaptación de los servicios presenciales y virtuales; la asunción social de la necesidad del aprendizaje permanente y de las competencias informacionales; la progresiva convicción de nuestro colectivo sobre su rol social y ciudadano, con énfasis en colectivos mayores y desfavorecidos; y el interés por las colecciones digitales y de la función preservadora y difusora de contenidos en red.

¿Estamos teniendo en cuenta estas recomendaciones, amenazas y oportunidades? En términos globales, quizá no lo suficiente para las difíciles circunstancias sociales y de nuestro oficio. No vemos que se estén dando cambios significativos en las prioridades, que hay que asumir para implantar nuevos servicios con recursos escasos y poco apoyo externo. Así, apenas se dan pasos en los servicios educativos y de alfabetización, y poco se ha avanzado en el perfil docente de nuestra profesión en la educación formal e informal. Y ello cuando vemos, por ejemplo, cómo han aparecido y extendido en solo dos años realidades nuevas como los cursos abiertos masivos y en línea (MOOCs). Tampoco vemos la suficiente energía en la implantación de colecciones digitales, de tareas de edición digital de contenidos o de desarrollo de aplicaciones bibliotecarias para dispositivos móviles.

En cuanto a la formación inicial y permanente, como ocurre en muchos otros sectores profesionales, la situación es compleja: los nuevos perfiles profesionales difícilmente se adquieren en los Grados iniciales, cuyo enfoque se ha hecho más generalista; los masters se han encarecido muchísimo y tampoco garantizan el empleo en una especialidad profesional; y la formación profesional permanente depende de la inquietud personal por el autoaprendizaje o por seguir cursos –casi siempre online- y que requieren un esfuerzo extraordinario dado que no están apoyados ni financiados institucionalmente en el contexto de la crisis (2). Una amenaza destacada, el espejismo tecnológico, la aparente desintermediación en los procesos informacionales, es cada vez más patente, con la eclosión del acceso de los usuarios en los dispositivos móviles a los que están conectados permanentemente.

En la parte positiva, habría que destacar que el fuerte componente vocacional de los profesionales está compensando en parte los recortes económicos, y forzando a buscar relaciones interprofesionales y con los colectivos de usuarios, con los que se está aumentando la complicidad y compromiso, dando lugar a muchas experiencias significativas de servicios útiles en un contexto desfavorable.

También creemos positivo que el Grupo de Trabajo de Perfiles Profesionales del Consejo de Cooperación Bibliotecaria (2013), coordinado por Carlos Tejada, concluyera su caracterización de los perfiles profesionales del Sistema Bibliotecario Español. Deberá ser una guía en el futuro, a pesar de la dificultad de tenerlos en cuenta actualmente, ante la falta de procesos selectivos de plazas y la tendencia a contratar mediante perfiles de bajos requisitos para reducir la remuneración de los profesionales que obtienen los empleos.

También se han incrementado, como se sugería en el Estudio, los esfuerzos por lograr demostrar el valor económico y social de nuestros servicios. Ello se hizo tema principal de las Jornadas Españolas de Documentación FESABID ’13, bajo el lema “Creando valores” (3); se presentó un Avance del nuevo Estudio de FESABID sobre este tema (Gómez Yañez, 2013); así como varios proyectos más de cálculo del valor social y el retorno de la inversión (ROI) de los servicios de información (por ejemplo, Diputación de Barcelona, 2013, Luria y Pintor, 2013).

Pero en general los interrogantes respecto a nuestra profesión siguen presentes: Un mercado laboral inhóspito para nuestros titulados jóvenes, con una alta competencia con otros titulados para acceder a los nuevos perfiles profesionales (Equipo Rooter, 2012); una tendencia a la reducción de plantilla en el sector público, con un fuerte descenso en gastos corrientes, necesarios para la calidad en los servicios (colecciones, tecnologías, formación permanente). Y una dificultad para implantar la innovación en servicios como los relacionados con las redes de información y sus dispositivos de acceso, la edición digital o la alfabetización informacional.

Reflexiones finales

¿Qué hacer ante estas circunstancias? El desarrollo de la profesión en los años siguientes a la publicación de Estudio ha venido acompañado de los peores momentos de la recesión económica en España. Los centros de información han sufrido directamente las consecuencias de la crisis, tanto en los recursos humanos como en los recursos de información, lo cual está pudiendo suponer también un estancamiento en los avances que se deberían haber conseguido en este periodo. El desarrollo profesional en España se ha visto perjudicado por estas condiciones inusualmente malas, por lo que muchas de las previsiones que se derivaron del Estudio FESABID siguen pendientes de concretarse, al tiempo que las opiniones más pesimistas sobre recursos humanos se han visto cumplidas por las nefastas condiciones legales y económicas.

No obstante, defendemos, ante todo, no aplazar la innovación o los cambios como consecuencia de las dificultades que la profesión se está encontrando. De hecho, ha sido sintomático cómo las bibliotecas han actuado para afrontar la ausencia de presupuestos (Merlo, 2013) y cómo los profesionales han intentado que los usuarios no sufrieran las causas de la recesión. Con ello en estos tres años se han confirmado las opiniones acerca del valor vocacional de los trabajadores de la información, que han prestado los mejores servicios con los medios disponibles, demostrando su compromiso y responsabilidad profesional.

Un elemento en que apoyarnos es el conocimiento de las soluciones encontradas por los colegas de otros países: Los factores de incertidumbre a corto y medio plazo, las profundas transformaciones que se constatan y más aún se vislumbran en nuestros perfiles profesionales, no son conflictos exclusivos de nuestro país ni de nuestro entorno más cercano. Son problemas que están afectando a los profesionales de la información en todos los países y que están siendo analizados de manera sistemática por investigadores, asociaciones profesionales o autoridades bibliotecarias. La profusión de publicaciones sobre el tema en cualquier parte del mundo, y su disponibilidad casi inmediata, es sin duda una ayuda inestimable que debemos aprovechar. Sin duda, aunque los problemas sean globales, las soluciones serán necesariamente locales. Pero en muchos casos, las visiones de futuro y las alternativas de solución proceden de países y entornos profesionales con una tradición, consolidación, incluso peso social y político, enormemente más avanzados que el nuestro.

Desde esta perspectiva, sigue siendo imprescindible, tal como señalábamos hace tres años, el reforzamiento de las asociaciones profesionales, de su capacidad de representación e interlocución con las administraciones, de su papel en el desarrollo profesional. Las críticas, en parte motivadas, que reciben sobre su ineficacia y falta de representatividad, deben llevarnos no a abandonar tales instrumentos corporativos, sino a mejorarlos, a reinventarlos si fuera preciso, a que sean tanto un reflejo como un factor del desarrollo profesional.

Notas

(1) Antel ello ha habido un rechazo de grupos profesionales reivindicativos, canalizado principalmente a través de la participación en las protestas ciudadanas con la “marea amarilla” contra la reducción de servicios bibliotecarios, que se ha sumado con el resto de reacciones sociales a la pérdida de derechos.

(2) Por eso nos parece muy loable y positivo el que se haya consolidado una experiencia de formación profesional mutua, gratuita, online -y transatlántica: los webinars programados por la comunidad de práctica online de SocialBiblio (http://www.socialbiblio.com/).

(3) http://www.fesabid.org/toledo2013

Referencias

Consejo de Cooperación Bibliotecaria. Grupo de Trabajo de Perfiles Profesionales (2013) Perfiles profesionales del Sistema Bibliotecario Español: fichas de caracterización. MInisterio de Educación, Cultura y Deporte. http://travesia.mcu.es/portalnb/jspui/handle/10421/6841

Diputación de Barcelona. Gerencia de servicios de bibliotecas. (2013) El valor público de los servicios de las bibliotecas de la Red de Bibliotecas Municipales de Barcelona. En: XIII Jornadas españolas de Documentación. Toledo, 24 de mayo. Presentación de J. Pintor: http://www.slideshare.net/fesabid/2013-05-17elvalorpublicofesabid/. Documento de trabajo: http://www.diba.cat/biblioteques/documentspdf/valor_public_XBM_castella.pdf

Equipo Rooter (2012). Estudio de perfiles profesionales más demandados en el ámbito de los contenidos digitales 2012-2017. AMETIC; Fundación Tecnologías de la Información. http://www.ametic.es/DescargarDocumento.aspx?idd=4958

García-Marco, Francisco-Javier (2013). Educación y aprendizaje de la información y la documentación: raíces, desafíos y líneas de acción. El profesional de la información, noviembre-diciembre, v. 22, n. 6, p. 489-504. http://dx.doi.org/10.3145/epi.2013.nov.01

Gómez Yañez, J.A. (2013) El valor económico y social de los servicios de informacion. Avance de los resultados sobre bibliotecas. En XIII Jornadas españolas de Documentación. Toledo, 24 de mayo. http://www.slideshare.net/fesabid/avance-de-la-presentacin-del-estudio-fesabid-el-valor-econmico-y-social-de-los-servicios-de-informacin-jos-antonio-gmez-yez

INE (2014). Estadística de Bibliotecas. Madrid: Instituto Nacional de Estadística, 2014. http://www.ine.es/jaxi/menu.do?type=pcaxis&path=%2Ft12%2Fp403&file=inebase&L=0

Luria Roig, M. Pintor González, J. (2013) El retorno a la inversión de la Red de Bibliotecas Municipales de la provincia de Barcelona (2007-2011). En: XIII Jornadas Españolas de Documentación, p. 10-30. http://es.slideshare.net/fesabid/actas-fesabid-2013

Merlo-Vega, José-Antonio; Gómez-Hernández, José-Antonio; Hernández-Sánchez, Hilario (2011). Estudio FESABID sobre los profesionales de la información: prospectiva de una profesión en constante evolución, 2011 Madrid: FESABID. http://eprints.rclis.org/18057/

Merlo Vega, José-Antonio (2013). Bibliotecas públicas, recesión económica e inclusión social. Mesa Redonda Bibliotecas públicas y actividades de inclusión social, 3 de octubre. MADRID: LIBER. http://es.slideshare.net/biblioblog01/bibliotecas-pblicas-recesin-econmica-e-inclusin-social

Ministerio de Educación, Cultura y Deporte (2013). Anuario de Estadísticas Culturales. http://www.mcu.es/estadisticas/docs/capitulos_graficos/AEC2013/AEC_2013.pdf

Ortiz-Repiso, Virginia; Calzada-Prado, Javier; Aportela-Rodríguez, Ivett M. (2013). ¿Qué está pasando con los estudios universitarios de biblioteconomía y documentación en España?. El profesional de la información, noviembre-diciembre, v. 22, n. 6, p. 505-514. http://dx.doi.org/10.3145/epi.2013.nov.02

Plataforma para la creación del COABDCM (2013) Parados-forzosos sustituyen a interinos en las bibliotecas del ayuntamiento de Madrid. 3 de octubre. http://coabdm.wordpress.com/2013/10/03/parados-forzados-sustituyen-a-interinos-en-las-bibliotecas-del-ayuntamiento-de-madrid/#comment-2893

Plataforma para la creación del COABDCM (2014). 36 nuevos trabajadores en las bibliotecas del Ayuntamiento de Madrid. 2 de enero http://coabdm.wordpress.com/2014/01/02/36-nuevos-trabajadores-en-las-bibliotecas-del-ayuntamiento-de-madrid/

Fuente: Hernández Sánchez, Hilario, Gómez-Hernández, José-Antonio y Merlo Vega, José Antonio. «Los profesionales de la información en España, tres años después». [En Línea]. [IWETEL]. Disponible en: https://fundacion.ceu.es/owa/?ae=Item&a=Open&t=IPM.Note&id=RgAAAABXXEtmZ4PCQ6lMOBeNPsz4BwCXr2QXBUmhTpPXzqA7jZFOAAAKyPfcAAC49DvVBACvT5NsVS8MnTc0AABFDO%2bAAAAA&pspid=_1396778356380_16697487. [Consulta: 06/04/2014]

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