La noticia ocurrió en marzo de este año pero sigue sorprendiendo la reacción de los usuarios.
Un error de seguridad en la puerta hizo que una de las bibliotecas más grandes del país quedara abierta durante horas, lo que permitió a cientos de personas hojear las estanterías.

Con motivo de la celebración de la fiesta nacional en Nueva Zelanda, una de las mayores bibliotecas del país que debería haber permanecida cerrada, abrió sus puertas por un error en la programación que hizo que las puertas de Tūranga se abrieran al público como de costumbre, y la biblioteca, sin personal ni seguridad, fuera utilizada alegremente por el público, que hojeó y sacó libros durante horas antes de que alguien se diera cuenta del error.
Además de los libros, la biblioteca alberga una gran variedad de obras de arte y esculturas, pero el personal afirma que no se robó nada y que no hubo incidentes graves que denunciar. Un miembro del personal de la biblioteca del ayuntamiento de Christchurch dijo que 380 personas entraron en el edificio ese domingo por la mañana. «Nuestras máquinas de auto-préstamo se pusieron en marcha automáticamente y los usuarios entregaron 147 libros. No saltó ninguna alarma de robo de libros, y por el momento no se ha denunciado la desaparición de nada, ni hemos detectado ningún daño».
Hubo un cliente descontento, una persona que no pudo encontrar un bibliotecario que le ayudara a sacar sus CD. El empleado escribió: «Un usuario dejó una nota en la que decía que se llevaba algunos CD porque no había bibliotecarios a la vista: ‘He decidido llevarme los CD para daros una lección de cómo no funciona una biblioteca’. La sala de devoluciones estaba llena de libros.